jueves, octubre 16, 2008

mi amiga y yo queriamos salir a toda costa
no habia vuelta atràs
llovia a mares pero ella y yo ya estabamos en el baile
fuimos a un bar al que nunca hubiesemos querido ir pero ahi estabamos y entre cerveza y pororò apareciò un incontable grupo de muchachos de la capital que habian venido a las carreras del TC
enloquecidos con mi ciudad enloquecidos con la noche enloquecidos con mi amiga y yo
nos empezaron a decir cosas bonitas y nos engatuzaron :) cosa que compraron mas cervezas y pororoses (plurar de pororò) y nos dijeron de ir a algun boliche, con mi amiga solo queriamos dormir... y fuimos.
nos subimos a una traffic y fuimos a... media cuadra que quedaba el boliche.
una vez alli bailamos con todos los del grupo... de brazo en brazo y de tequila en tequila y aparecio esteban rubio, ojos claros no era digno de esta princesa. un juan domingo conservador.
bailamos, conversamos, con la "isla del sol" de fondo... (algo peor) y mencionó el tan conocido: "vamos a un lugar màs tranquilo?" este me vio la cara de pelotuda.
y fuimos
yo no sabia a donde ir
en serio que no
el me decia: "no soy de acà, vos sabràs"
y no
asi que salimos a caminar
y llegamos al peor antro de perdicion e inmundicia de mi pueblo
esteban no podia creer ese lugar tan insalubre
esteban era muy fino, muy delicado, bordeando lo naif
algo que cueste $10 el turno no es lo que una princesaperonista hubiese querido para su noche
de fondo sonaba el griterìo de una loca (como fingen las mujeres!)
en nuestra habitaciòn la tv estaba prendida, no sè para que. a mi, particularmente, ver gente teniendo sexo y yo NO, me hace sentir... vacia
el acto

la cama no tenia sabanas. punto.

lo llamaron los amigos: "ey esteban donde estas? nos vamos para el camping ya"
nena me tengo que ir
bueno, andate
te acompaño hasta tu casa
no, gracias
pero te acompaño...
NO

recomendacións: saber negarse a tiempo es la clave

sè que por ser 17, dia de la lealtad peronista, mi esteban deberìa haber sido mejor y màs apasionante pero las cosas no siempre son como uno las quisiera